24/5/12

Cuando las altas temperaturas imperan, lo único que nos queda por hacer es tener en cuenta ciertos recaudos para que el calor no nos ocasione ningún problema de salud.




Frente a tanto calor, lo mejor es consumir platos livianos, que no incluyan mucha grasa ni estén fritos. Esto hace mucho más difícil la digestión. Es preferible optar por hervir u hornear los alimentos.



Mantener una buena alimentación, fresca y balanceada, es clave para no ser víctima del sol.



Frutas, vegetales, mucho líquido y carnes blancas, que son más fáciles de digerir, son algunas de las comidas aconsejadas para esta época.



Los jugos de fruta y los licuados son una excelente opción para suplantar por el café con leche, acompañados de tostadas de pan integral con mermelada y queso untable, o un yogur descremado con cereales. Muy recomendada el agua de limón o limonada.

Las ensaladas de hortalizas brindan al cuerpo agua, vitaminas, minerales, antioxidantes y fotoquímicos; mientras que los pescados de mar poseen menos calorías y se digieren fácilmente. Además, ayudan a prevenir enfermedades cardiovasculares.

Los cereales y los vegetales son fuente de fibra, vitaminas y minerales, por lo que también constituyen unos buenos aliados para la dieta. También es aconsejable reemplazar los fiambres y los embutidos por mariscos que, además de ser ricos y frescos, representan una fuente de nutrientes y ácidos grasos omega 3.

Si te vas a hacer un sándwich, que sea liviano. Utilizando pan integral o árabe, con tomate, rúcula, cebolla, pollo desmenuzado, palmitos y mayonesa light o queso untable descremado, es una buena elección para comer al paso y liviano.

Las pastas también pueden utilizarse, pero en vez de servirse calientes, la idea es incorporarlas frías, como los fideos cortos que van muy bien con tomates perita o cherry, albahaca, aceite de oliva, parmesano rallado, morrón, pollo en trocitos y pickles.

Las frutas son muy buenas para incorporarlas entre comidas, dado que ayudan a mantener el cuerpo hidratado y son livianas. (sandía, melón, naranja, mango, etc.)

Gazpachos a gusto.

Golpes de Calor



Aunque los problemas de las altas temperaturas que se producen en el verano afectan a toda la población, el mayor riesgo lo corren los lactantes, los menores de 5 años, los mayores de 60 y quienes -cualquiera sea su edad- tienen sobrepeso, además de las personas enfermas y las que están medicadas, especialmente por hipertensión. Además, el calor puede afectar seriamente a quienes deban realizar trabajos pesados y agotadores, incluyendo a los que practican deportes.



Incluso, cuando se permanece en la sombra, con una temperatura ambiente elevada, un individuo puede sufrir agresiones térmicas que podrían derivar en los llamados golpes de calor. Eso puede ocurrir cuando la temperatura ambiente llega o supera los 30 grados, y más aún si existe una elevada humedad. Los especialistas indican que el golpe de calor es la denominación dada a una situación en la que el organismo humano ya no puede responder -ni balancear- las altas temperaturas ambientales. En esas circunstancias, entra en un proceso de descompensación que, incluso, puede llevar a paros cardíacos.



Cómo distinguir el golpe de calor de la deshidratación



El golpe de calor y la deshidratación por el calor están causados por un exceso de calor, pero sus síntomas son tan dispares que es muy difícil confundirlos. El golpe de calor, producido por un mal funcionamiento de los centros reguladores del calor, es una patología más grave que afecta principalmente a los ancianos. Sus síntomas son la piel caliente y enrojecida, la ausencia de sudoración, el pulso fuerte y contundente, la respiración dificultosa, las pupilas dilatadas y la temperatura corporal extremadamente alta. El paciente se encuentra mareado y puede perder la conciencia. La deshidratación por calor se debe a una pérdida excesiva de líquidos y electrolitos en el organismo. La piel está pálida y húmeda, la sudoración es profusa, el pulso débil y la respiración superficial, pero las pupilas y la temperatura corporal son normales. Pueden producirse cefaleas y vómitos.



Cómo actuar



Los primeros auxilios necesarios para el golpe de calor y para la deshidratación por el calor también difieren. La víctima de un golpe de calor debe ser transportada a un lugar fresco a la sombra, y allí debe guardar reposo con la cabeza elevada. Se debe humedecer el cuerpo con alcohol o agua fría para bajar la temperatura y el enfermo debe ser trasladado a un hospital de inmediato. El paciente con deshidratación por el calor también debe guardar reposo, pero con la cabeza más baja que el cuerpo; conviene proporcionarle abrigo o calor. Al principio puede presentar náuseas, pero tras un tiempo de descanso puede ingerir líquidos: se ha de beber cuatro vasos de agua con una tableta o media cucharadita de sal diluida, a intervalos de 15 minutos. Después debería beber zumos (jugos) de frutas para recuperar otros electrolitos. Si se produce una postración importante conviene buscar ayuda médica.



Datos adicionales:



En materia de prevención, se recomienda no realizar esfuerzos adicionales en las actividades, hidratarse continuamente -la falta de sed, dicen los especialistas, es engañosa- y reemplazar las sales y minerales perdidos por el sudor. Es bueno ingerir bebidas sin alcohol. Aparte, debe mantenerse la casa y las habitaciones ventiladas; al salir a la calle, no permanecer mucho tiempo en el medio ambiente caluroso. Buscar lugares frescos y refrigerados. Deben usarse prendas de vestir ligeras, cómodas y que no provoquen sudor. La alimentación no debe ser pesada, de modo que se indican comidas que en lo posible sean frías y saladas.



Por último, quienes estén enfermos, en particular los hipertensos medicados, deben consultar con sus médicos sobre cómo proceder en esas jornadas. En el caso de las personas de tercera edad, debe observarse si hay o no sudoración.